viernes, 10 de diciembre de 2010

Capitulo 7.-


Capitulo 7-.
Mi vida pasada ya no es mía;
Los momentos efímeros han quedado atrás
Cual sueños pasajeros rendidos
Cuyas imágenes se guardan almacenadas
Sólo en el recuerdo.

JOHN WILMONT,
Conde de ROCHESTER

Inglaterra, 1928

-¿Te encuentras bien?-preguntó Joe en tono preocupado, había notado que su amiga se encontraba distraída desde que había llegado, solo que no le había tomado gran importancia hasta ahora.
-Si…bueno, es solo que…hoy en la mañana me di cuenta que justo por estas fechas mis papás me llevaban a una especie de fiesta, no recuerdo mucho, la música era muy alegre y no parábamos de reír y de bailar, bueno al menos era lo que intentaba…-Sonrió, acomodando uno de sus pequeños rizos tras su oreja.
    El niño notó tristeza en el tono con que ella hablaba, aunque no era muy evidente, creyó conocerla bien, entonces recordó algo que seguramente le levantaría el ánimo <<seguro eso funcionará>> se dijo a sí mismo y miro a Beth, que como toda la mañana, se encontraba pensativa.
-Y te gustaría poder recordarlo mejor ¿No?-
Ella asintió la cabeza.
-Me sucede lo mismo, pero yo te ayudaré a recordarlo, bueno al menos eso intentaré.-
-¿Cómo harás eso?-preguntó más interesada en la charla.
-Ya lo veras.-Le contestó confiado.
[…]
    Caminaron lentamente hacía la entrada del evento, Joseph ayudaba a Beth a caminar, ya que le había atado un pañuelo (que pidió a su tía) a los ojos, no quería arruinar lo que le había preparado a su joven amiga.
    Una mezcla de olores se percibía en este lugar, unos más conocidos que otros, pero no por eso menos agradables, y aunque le parecía un poco familiar, no alcanzaba a distinguir en donde se encontraba. Con el transcurso de camino se iba haciendo más audible el sonido de la música… ¡¿música?!...si tal vez ella sospechaba donde se dirigían, pero aun así no dijo nada, tan solo sonrió para sus adentros y siguió caminando.
-Ya estamos llegando.- Avisó, con el poco tiempo de conocerla sabía lo rápido que se desesperaba Beth, aunque él sentía la emoción de llegar, ya quería su expresión al llegar.
-Está bien.- finalizó con voz nerviosa.
    Habían llegado casi en un abrir y cerrar de ojos, Joe le quitó con cuidado el pedazo de tela que cubría los ojos de la niña, y dejo que observara con atención a su alrededor, y ella abriendo sus grandes y chocolatosos ojos así lo hizo. De inmediato se le dibujo la sonrisa más grande que el chico había podido ver en ella, era increíble lo bien que se sentía hacer que los demás estuvieran felices por su causa, él también sonrió.
-Wow Joe, ¡esto es lo más increíble que haya visto en mi vida!, !mira toda esa comida, y todas esas personas bailando!, ¿lo ves?- dijo ella con un peculiar entusiasmo.
   Tomó de la mano al joven, lo arrastró hasta donde se encontraban todos, al parecer todo el pueblo estaba reunido en ese pintoresco lugar, desde el kiosco hasta al último rincón del parque había personas, y con ellas un montón de caras sonrojadas y felicidad, nada más que eso había ahí.
-Bueno yo vengo aquí todos los años, se le llama “San Patricio”, seguramente eso era lo que festejabas con tus papás.-comentó- ¿y ahora recuerdas algo?
-Sí, claro que sí, pero eso ya no importa, supongo que vivir nuevas experiencias es mejor que recordar cosas que es inútil volver a vivir, ¿vamos a comer algo?, toda esa comida me está dando hambre.-
    El chico sonrió dándole la razón a Beth, y le rió para sus adentros, era verdaderamente gracioso lo madura que era ella, algunas veces le hacía pensar que era una adulta en el cuerpo de una inocente niña, aunque bueno, él a su edad también era así, o al menos eso quería creer.
-¡No Beth!, no quiero bailar, no me gusta.- exclamó el niño, mientras jalándolo Beth lo llevaba hacia donde los demás bailaban.
-¡Por favor! sino no bailamos no ha tenido caso que hayamos venido.-
-Es que no sé como.- admitió, con el rostro enrojecido por la vergüenza.
Beth pensó un poco y dijo:
-Bueno yo tampoco sé bailar, pero intenta moverte al ritmo de la música, verás que nadie se dará cuenta de la diferencia.- comentó sonriéndole para darle confianza.
-Está bien, pero solo una canción y ya.-se dio por vencido y siguió a la niña.
     Sin haberse percatado, un montón de señoras ya estaban comentando sobre lo acontecido por los pequeños, enterneciéndose por lo lindos que se veían, algunas mencionaban que esa amistad no duraría mucho, otras que decían lo contrario, pero la gran mayoría opinaba que de grandes terminarían enamorados, ¡qué cosa sería aquello!, bueno pero todavía faltaba mucho para asegurar estas afirmaciones, aunque no tanto como se lo imaginaban…
    Mientras tanto los jóvenes niños seguían en su mundo, ya agotados por su intento de “baile” fueron a tomar asiento. Por sus frentes corrían pequeñas gotas de sudor y sus caras estaban más que rojas, pero sin duda se habían divertido.
-Creo que ya es hora de irnos, si no llegas temprano a casa seguramente tu tía te terminara regañando, y por supuesto a mi.- dijo Joe tras una larga pausa.
-Ah, está bien.- contestó ella con una inocente sonrisa.-Me divertí mucho, gracias por traerme.-
    Le abrazo y seguido de esto se puso de pie, estaba lista para ir a casa.
-De nada pequeña.- Dijo este respondiéndole de igual manera.
    Y esa cálida noche de primavera, fue guardada en los recuerdos de ese par de amigos, uno de los tantos que jamás olvidarían.









1 comentarios:

todo-joven dijo...

hola e descubierto tu blog, me esta gusando mucho la novela que estas escribiendo todavía no la e leido los ultimos capitulos que has puesto xk no me daba tiempo pero queria dejarte un comentario antes de marcharme, muy bonita de verdad me metere habitualmente para ir leyendo los capitulos que me faltan, y los que vayas poniendo. me hago seguidora yo tengo un blog de moda desde hace ya bastante tiempo y e creado uno de libros juveniles si quieres pasarte y hechar un ojo me alegraria, aki te dejo la dire: http://viajeporlaimaginacion.blogspot.com/

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