domingo, 5 de diciembre de 2010

Capitulo 6.-


Capitulo 6-.
Desde entonces el triste pensamiento
De tu olvido falaz en mi agonía:
Olvido de un amor todo armonía,
Fugitivo en su yerto corazón.

Inglaterra, 1941

    El Sol entraba por la ventana, iluminando todo lo que a su paso encontraba, indicando la llegada de un nuevo día. Beth casi no pegó el ojo en toda la noche, había disfrutado la velada, de hecho había sido la mejor en mucho tiempo, pero había algo que hacía que dejara de pensar en esa mágica noche, Joe se había ido.
    La noche anterior la había tratado como toda una princesa, la había tomado de la mano y bailado con ella toda la noche; le había susurrado cosas hermosas al oído que le habían puesto la piel de gallina, incluso le había besado. Pero fue como si nada de esto hubiera pasado, cuando llego la hora de la despedida, ella había tratado de no llorar, pero por supuesto no lo consiguió y mientras el trataba de consolarla abrasándola férvidamente, también se quebró. ¿Qué sería de estos jóvenes? Cuando eran pequeños nunca había pasado por su cabeza el amor que se tendrían el uno al otro, y cuando este llego casi se habían jurado el uno al otro jamás separarse, pero por supuesto nunca se sabe lo que te deparara destino…
    Suspiró por enésima vez tratando de calmarse e intento conciliar el sueño, quizá esta vez lograría dejar de pensar en él, por lo menos un momento.
-Pequeña te traje el desayuno. Regresaré en cuanto lo acabes eh iremos a pasear un rato…y no es una pregunta - dijo Vivian tratando de subirle el animo a Beth, colocando la charola de comida en su cama. Ella mejor que nadie lo que le pasaba a su sobrina, estaba segura que tendría que despejar su mente, distrayéndola de todo lo que le entristeciera.
-Está bien tía, de cualquier modo no creo que tenga otra cosa mejor que hacer- le dedico una media sonrisa y comenzó a jugar con la comida, aunque no tuviera hambre hiso el esfuerzo de comer lo que le habían dejado, << seguro a Joseph no le gustaría verme de esta manera>> se repitió en todo momento.
    Se enfundó rápidamente en un sencillo vestido azul con pequeñas flores bordadas en la falda, se puso unos zapatos del mismo color combinado con un sombrero y bajo a la sala, donde se encontraba su tía a punto de ir a buscarla.
-Me alegró que hayas bajado por ti misma Beth.-
-Si…bueno he estado pensando toda la noche-y sí que lo había hecho- y me he prometido tratar de ser fuerte, trataré de esperar pacientemente a Joe, tan solo espero que no sea tan difícil como parece.- comentó.
-No te negaré que será difícil cariño, pero yo te apoyaré en lo que necesites. Bueno, pero que tal sí conversamos en el camino, creo qué tienes muchas cosas que contarme.-Le sonrió pícara y la empujó hacia la puerta, deseando que Beth no sufriera demasiado por la ausencia de su amado.
-¿Sabe qué fue lo mejor de todo?-preguntó la chica tras contarle todo lo que le había pasado en su cena con Joe.-Cuando bailábamos por la pista, me había hecho sentir tan especial, no sé si era mi imaginación, pero me miraba como jamás lo había hecho, creo que... no lo sé, por un me olvide de todo lo que pasaba, solo estábamos él y yo, como en las historias que me contabas, ¿ lo recuerdas?-
-Me alegra que te la hayas pasado bien, me gustaría ver ese brillo en tus ojos más a menudo. –
A Beth se le dibujo una resplandeciente sonrisa en el rostro y continuó caminando.
    Habían caminado por más de 4 horas, pero el tiempo había pasado volando, y con eso un sin fín de recuerdos volvían a su mente, era increíble las innumerables experiencias que habían pasado en ese lugar.
Cuando era más joven, Vivian, había ya había vivido sus propias experiencias, había pasado allí toda su infancia rodeada por el cariño su familia, la madre de Beth aparte de haber sido su hermana, se había hecho su mejor amiga y con ella había pasado la mayoría de su tiempo, después las dos fueron creciendo, habían encontrado sus propias expectativas, sus sueños, creían tener claro lo que sería de cada una. Al cabo de unos años la madre de la joven se había mudado a la cuidad, donde después de no muchos años había encontrado al padre de Beth y había encontrado la felicidad plena al lado del amor de su vida, brindándole de su cariño su pequeña hija. Mientras que ella se había quedado en el pequeño pueblo, donde de igual manera creyó haber encontrado a alguien con quien pudiera pasar el resto de sus días; lamentablemente no pudo ser así, él la había dejado sin razón aparente, lo que la destrozó por completo, al cabo de unos años decidió olvidarse de todo eso para que no la dañara más, y decidió dedicar su vida a su trabajo como modista, diseñando prendas para una que otra persona adinerada, aunque decidió tener una vida modesta. Ahora estaba al cuidado de su sobrina, y quería todo lo mejor para ella, quería que viviera sus propias experiencias, que se levantara de sus tropiezos y sobre todo que pudiera contar con ella.
-Bien pequeña, creo que se está haciendo un poco tarde, quizás debamos volver a casa.-
-Por supuesto tía, estaba a punto de pedirte lo mismo, después de la noche de ayer me gustaría reponer un poco mi sueño.- inquirió la joven de ojos risueños.
   Se dirigieron a la acogedora casita, y cuando llegaron Beth fue directo a su cama, tal vez ahora si pudiera dormir, Vivian le había subido un tanto el ánimo y estaba dispuesta a pasar la ausencia de Joe de la mejor manera posible.










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