martes, 30 de noviembre de 2010

Capitulo 4.-


Capitulo 4-.
Nunca supe que tenía un sueño
Hasta que ese sueño fuiste tú
Cuando miro dentro de tus ojos
El cielo tiene un azul diferente
Cruza mi corazón
Yo no estoy fingiendo
Si lo intenté, tú me hacías creer
Que creías mis mentiras
Te agradezco por amarme
Por ser mis ojos
Cuando no podía ver
Por partir mis labios
Cuando no podía respirar
Gracias por amarme.
..........Bon Jovi


Inglaterra, 1941
    La acunó entre sus brazos al darse cuenta de sus cristalinos ojos, ¿Cómo tendría la fuerza para dejarla sola?, un amargo sentimiento lo invadía siempre que se repetía esa pregunta y había temido que llegara este día, la despedida, hace un momento estaba decidido a decirle que se iba, que este sería el ultimo día, ahora no sabía de dónde había sacado el valor de darle la noticia.
-¿Qué te parece si nos olvidamos un poco de esto?, me gustaría que me acompañaras a…bueno ya lo verás-propuso Joe a la joven, había sido una semana de grandes emociones, y no precisamente agradables, así que le había preparado una sorpresa, tal vez algo que no olvidaría jamás.
-Por supuesto- contestó Beth, limpiando rápidamente las lágrimas que se encontraban en su rostro.
-Bueno, paso por ti en una hora.- Se levantó y beso detenidamente la frente de su novia.-Y ya no llores más, te ves más bonita cuando sonríes.- Finalizó saliendo de la habitación.
    Beth se había emocionado demasiado, sin duda ya le hacía falta una salida como esta, con el hombre que amaba, con Joe. Al haberse enterado de su partida un sin fin de emociones pasaron su cabeza, desde enojo, hasta suma tristeza, nunca se había dado tiempo para pensar lo que sería su vida sin aquella persona, con él había pasado innumerables momentos, había compartido todo con él, lo había consolado, le había hecho reír; y ahora llegaba el momento de despedirse, tal vez regresará y todo se este tiempo lo recordarían tan solo como un amargo momento….o tal vez no volvería…
    El tan solo pensar en esta posibilidad la entristecía, pero le había prometido a Joe no llorar, además estaba segura que él regresaría junto a ella, y después de eso, todo volvería a la normalidad, o al menos eso era lo que quería creer. Meneo la cabeza un par de veces, tratando de deshacerse de todas estas ideas que la aquejaban y se dirigió a su armario.-Aquí estás- menciono al encontrar su vestido favorito, quería lucir bien para impresionar a Joe, a pesar de no saber a donde la llevaría, este atuendo lo podría usar en cualquier ocasión.

-Una ducha me caería bastante bien- se dijo a si misma dirigiéndose al cuarto de baño, abrió la
regadera y dejo que el agua corriera por todo su cuerpo, llevándose con ella las frustraciones que
la aquejaban, dejando así una Beth más relajada. Se secó rápidamente y tomó sus ropas previamente
escogidas.
    Solo faltaban unos minutos para la hora acordada, la joven estaba más que emocionada, ¿Cuál
sería la sorpresa que le habría preparado Joe?, no lo sabía, pero de lo que si estaba segura es
que no lo olvidaría jamás, sin duda tenía que guardar un muy buen recuerdo de él.
-¡Beth, te buscan!- grito desde la planta baja la tía Vivian, la joven bajo corriendo las
escaleras y en tan solo unos segundos ya se encontraba en la puerta principal, se sentía tan
nerviosa como una adolecente en su primera cita, nunca se imaginó volver a pasar por esta
situación, después de todo solo iba a ser una salida con Joseph, su amigo, su consejero…su
novio.
-Luces hermosa- susurró al oído de la joven, la cual se sonrojo, pero esta vez no se escondió en
su pecho, solo le dedicó una tímida sonrisa.-Bueno… ¿nos vamos? Le preguntó extendiéndole la
mano como todo un caballero, dándole más puntos su atuendo.
-Por supuesto- dijo la muchacha respondiendo al amable gesto, Beth no solo se había sonrojado por el cumplido, había notado lo guapo que lucía su acompañante, el elegante traje que portaba, sin duda favorecía su aspecto, y sus ojos estaban más brillantes que nunca, era un de las cosas que la enloquecían de él.
-Beth, ¿está todo bien?-preguntó preocupado el joven a su distraída novia, abriendo la puerta del
coche.
-Si, sí, claro, todo bien- contestó Beth, subiéndose al auto.
-Ok-dijo el joven soltando una pequeña risa, le parecía realmente divertido la facilidad con la
que se distraía Beth, normalmente cuando ocurría esto sus ojos destellaban un tenue brillo y en
sus labios se dibujaba una singular sonrisa, lo cual a él le fascinaba.
    Se dirigió rápidamente a asiento del conductor y encendió el coche.- ¿No te parece maravilloso
el paisaje?- comentó la chica, parecía realmente fascinada con lo que se encontraba a su
alrededor, los frondosos árboles con sus hojas pintándose de peculiares tonalidades naranjas,
anunciaban la llegada del otoño, su parte favorita del año…-Por cierto, ¿A dónde vamos?-
-oh, eso ya lo veras-contestó Joe divertido, no podía esperar a ver la cara que pondría la
muchacha al llegar su destino.
    La joven le sonrió con dulzura y se acomodó en el asiento, quitándole la mirada de encima a su
acompañante para poder admirar el paisaje que la rodeada. El fresco viento chocaba contra su cara y
de paso despeinaba de poco en poco su cabello, haciendo que el auto se llenara del suave y
deleitante aroma que este emanaba.
    El crepúsculo se ponía y con él la noche, el cielo se pintaba de distintos matices rojizos al
esconderse el sol entre las montañas, era maravilloso poder observar tan increíble paisaje, no lo
hacía desde que tenía 16 años, sin duda le traía buenos recuerdos.
-¿Ya estamos por llegar Joe?-preguntó un tanto impaciente, había sido gratificante recordar los
viejos tiempos, pero ahora quería vivir el presente para guardar buenos momentos, y que mejor que
esta velada.
    Cantidad de luces se podían observar no muy lejos, el muchacho sabía que su destino estaba muy
próximo.-Beth, necesito que te vendes esto en los ojos-dijo entregándole en pañuelo-Es para no
arruinar la sorpresa-continuó dedicándole una motivadora sonrisa, sin quitar la vista del camino.
-Mmm.…está bien-baciló un poco y ato el objeto a sus ojos tal como él había indicado.
Podía oír una infinidad de ruidos pero no estaba familiarizada con ninguno de ellos, ¿Dónde la
habría llevado? De pronto escucho el sonido del motor apagarse y sintió el auto detenerse, seguido
de esto oyó una puerta del auto abrirse.
-Hemos llegado-dijo Joe al abrir la puerta del auto de Beth, quitándole el pañuelo de los ojos.
    La joven talló un poco sus ojos para pode tener una buena visibilidad, observó que Joe le extendía
la mano para ayudarla a bajar y esta no dudó en tomarla.
-Y bien, ¿No vamos a entrar?-Susurró a su oído el chico una vez de sacar a Beth del coche.
-Creo que no debiste traerme hasta aquí Joseph- mencionó al salir de su trance.
    La ciudad de Londres era aun más bella de lo poco que recordaba, la maravillaba observar las
despanantes luces que alumbraban los edificios iluminando la noche, el lugar al que se dirigían,
tenía una apariencia realmente elegante, las personas que llegaban lucía majestuosos atuendos y
una que otra joya, no estaba acostumbraba a concurrir a este tipo de lugares, por lo cual todo esto
era nuevo para ella.
-¿Acaso no te gusta?-
-No, no es eso, es solo que…creo que es demasiado para mí- murmuró, pero lo suficientemente
audible para que Joe pudiera escucharla.





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